Un informe publicado por Citigroup a finales de septiembre de 2025 proyecta que la emisión de stablecoins podría expandirse de 280 mil millones de dólares a finales del tercer trimestre de 2025 a entre 1.9 y 4 billones de dólares para 2030 en escenarios base y optimistas, respectivamente. Los analistas atribuyen la revisión al alza a la adopción acelerada de sistemas de pago basados en blockchain en finanzas corporativas, comercio electrónico y liquidaciones transfronterizas.
Citi estima que las stablecoins podrían soportar hasta 100 billones de dólares en volumen de transacciones anual en el escenario base, con potencial para duplicarse bajo condiciones de fuerte crecimiento. Las suposiciones sobre la velocidad de transacción se alinean con los referentes de moneda fiduciaria, reflejando perspectivas de uso amplio en canales minoristas e institucionales. La capitalización de mercado de las stablecoins creció un 40 por ciento en los primeros tres trimestres de 2025, alcanzando los 280 mil millones de dólares debido a las reservas de alta calidad de los emisores y la sólida actividad en cadena.
Además de pronosticar el crecimiento de las stablecoins, el informe presenta los tokens bancarios como una forma competidora de dinero programable. Se espera que los depósitos bancarios tokenizados ganen tracción entre las empresas que buscan mayor transparencia, cumplimiento integrado e integración directa con la infraestructura bancaria existente. Según el análisis de Citi, una migración modesta de los sistemas bancarios tradicionales a cadena podría impulsar los volúmenes de transacción de tokens bancarios más allá de 100 billones de dólares para 2030, posiblemente superando la actividad de las stablecoins en ciertos segmentos.
La distribución geográfica de la emisión de stablecoins sigue estando dominada por el dólar estadounidense, representando más del 90 por ciento de la cuota de mercado. Sin embargo, jurisdicciones como Hong Kong y los Emiratos Árabes Unidos están emergiendo como centros piloto para monedas digitales localizadas y tokens bancarios. Los desarrollos regulatorios, incluyendo los marcos de licenciamiento para stablecoins y las iniciativas de monedas digitales de bancos centrales (CBDC), se citan como factores clave que moldean la estructura del mercado.
Citi considera que las stablecoins son complementarias a los ecosistemas más amplios de dinero digital. El informe postula que stablecoins, tokens bancarios y CBDC coexistirán, cada uno sirviendo a casos de uso y perfiles de riesgo distintos. Las stablecoins pueden sobresalir en transacciones globales sin permisos, mientras que los tokens bancarios podrían captar operaciones empresariales que requieren gobernanza establecida y gestión de liquidez.
Las implicaciones para las instituciones financieras incluyen la necesidad de adaptar operaciones de tesorería, estrategias de gestión de garantías y protocolos de cumplimiento. Se aconseja a los participantes del mercado que interactúen con plataformas de tokenización, exploren estándares de interoperabilidad y supervisen las propuestas regulatorias. El informe subraya que la adopción de stablecoins y tokens representa una transformación crucial de la infraestructura financiera, con implicaciones materiales para pagos, financiamiento comercial y mercados de capital.
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