El 24 de noviembre de 2025, el Grayscale Dogecoin Trust ETF (GDOG) comenzó a cotizar en el NYSE Arca con una gran expectativa. Los analistas de Bloomberg Intelligence habían pronosticado hasta 12 millones de dólares en volumen en el primer día; sin embargo, los informes de SoSoValue indican apenas 1,41 millones de dólares en operaciones en el mercado secundario y una cifra de creación neta de cero, destacando una marcada desconexión entre el optimismo de lanzamiento en los titulares y los flujos de capital reales.
Los Participantes Autorizados (AP) desempeñan un papel crucial en la mecánica de los ETF, al facilitar las creaciones del mercado primario al entregar los activos subyacentes a cambio de acciones recién emitidas. Un día de “creación cero” implica que no hay inyección de capital fresca, lo que señala una demanda institucional limitada y genera dudas sobre la viabilidad de productos de exposición a memes puros sin mecanismos de rendimiento acompañantes.
Por el contrario, productos como el Bitwise Solana Staking ETF (BSOL) atraeron casi 200 millones de dólares en su primera semana, mostrando el atractivo de los rendimientos de staking para los inversores tradicionales. La estructura spot básica de GDOG, que carece de rendimiento o de superposición derivada, parece insuficiente para superar las preocupaciones de riesgo de base y la fragmentación de la liquidez inherentes a los mercados de memecoins altamente volátiles.
Además de ello, la cartera de ETFs incluye cinco ETFs de criptomonedas al contado en la próxima semana, seguidos de más de 100 lanzamientos en los próximos seis meses, según los analistas de Bloomberg ETF, Eric Balchunas y James Seyffart. Esta estrategia de “cañón de espagueti” corre el riesgo de sobresaturar el mercado, erosionar potencialmente los diferenciales, inflar los errores de seguimiento y tensar la infraestructura de los AP.
Los participantes de la industria enfatizan que el desempeño de GDOG servirá como prueba de fuego para los próximos lanzamientos de productos. Las rachas sostenidas de creación nula podrían obligar a los emisores a revisar las estructuras de tarifas o a incorporar características utilitarias para atraer capital del mercado primario. Mientras tanto, los creadores de mercado se preparan para picos de volatilidad a medida que tickers con capital escaso ingresan en libros de negociación, exacerbando posibles saltos de precios rápidos durante periodos de mayor estrés en el mercado de cripto.
A largo plazo, la recepción moderada de este ETF de Dogecoin podría reconfigurar las hojas de ruta de los emisores, priorizando modelos de doble token, envoltorios que aporten rendimiento o construcciones basadas en índices por encima de exposiciones a memecoins independientes. Por ahora, GDOG se presenta como un recordatorio claro de que el sentimiento social por sí solo puede no ser suficiente para impulsar flujos institucionales significativos hacia productos regulados de criptomonedas.
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