Informes recientes de la industria indican que los principales bancos estadounidenses están cerrando activamente cuentas y negando servicios bancarios básicos a empresas de criptomonedas bajo lo que los conocedores llaman Operación Chokepoint 3.0. Esta ola de cierres de cuentas ha persistido incluso después de que líderes políticos prometieran eliminar barreras para negocios de activos digitales.
Ejecutivos de las empresas afectadas describen las medidas de exclusión bancaria como arbitrarias e inexplicables, citando casos en los que instituciones terminaron relaciones abruptamente y sin aviso. La falta de justificación clara ha dejado a muchas firmas cripto buscando socios bancarios alternativos capaces de manejar transacciones de activos digitales.
Las iniciativas de des-riesgo se remontan a esfuerzos federales anteriores destinados a hacer cumplir normas antilavado de dinero. Sin embargo, críticos argumentan que la aplicación de estas reglas apunta desproporcionadamente a empresas cripto, forzándolas a una posición precaria donde la continuidad operativa está en riesgo.
Expertos advierten que la exclusión bancaria continua podría sofocar la innovación, desalentar la inversión institucional y socavar la posición competitiva de los EE. UU. en el panorama global de finanzas digitales. Han aumentado los llamados por claridad regulatoria, instando a los legisladores a emitir salvaguardas que eviten que las instituciones financieras corten indiscriminadamente cuentas relacionadas con criptomonedas.
Mientras el debate se intensifica, las empresas afectadas exploran alianzas con bancos fintech y buscan soluciones legislativas. Los actores de la industria enfatizan la necesidad de un enfoque equilibrado que aborde preocupaciones legítimas de cumplimiento, asegurando que los negocios de activos digitales tengan acceso confiable a servicios bancarios.
Sin una acción decisiva, la ola continua de exclusión bancaria amenaza con frenar el crecimiento y empujar a las empresas hacia jurisdicciones con entornos bancarios más permisivos, disminuyendo en última instancia la influencia de los EE. UU. en la economía cripto global que evoluciona rápidamente.
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