En un movimiento diplomático inesperado, el presidente Sadyr Japarov de Kirguistán ha solicitado formalmente ayuda a los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido tras la reciente imposición de sanciones a varias plataformas de criptomonedas que operan dentro de la jurisdicción kirguís. Las sanciones, anunciadas la semana pasada por las autoridades del Reino Unido, se dirigieron a una red de mercados locales de activos digitales acusados de facilitar la evasión de sanciones por parte de entidades rusas tras el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Según declaraciones oficiales, la Oficina de Implementación de Sanciones Financieras (OFSI) del Tesoro del Reino Unido designó tres exchanges de criptomonedas kirguises y dos proveedores de billeteras, alegando que procesaron cientos de millones de dólares en transacciones vinculadas a individuos y empresas rusas sancionadas. Las sanciones incluyeron congelación de activos, prohibiciones de viaje para ejecutivos y la prohibición para personas del Reino Unido de hacer negocios con las entidades designadas.
La oficina del presidente Japarov publicó una carta dirigida al presidente Joe Biden y al primer ministro Rishi Sunak, expresando su preocupación porque las sanciones se impusieron sin una consulta previa con Bishkek y que han perjudicado a ciudadanos kirguises que utilizan estos servicios para remesas transfronterizas legítimas. La carta enfatizó la intención de Kirguistán de mejorar su supervisión regulatoria de los activos digitales, incluyendo controles obligatorios KYC/AML, reportes de transacciones y cooperación con unidades internacionales de inteligencia financiera.
En la apelación, el presidente kirguís ofreció colaborar con las autoridades de Estados Unidos y Reino Unido en el desarrollo de mejores prácticas para análisis de blockchain, integración de filtros de sanciones y marcos conjuntos de investigación. Propuso la formación de un grupo de trabajo trilateral para analizar informes de actividades sospechosas y coordinar asistencia legal y técnica destinada a distinguir los flujos ilícitos de las remesas cripto legales esenciales para la economía kirguís.
La solicitud marca un cambio notable en el enfoque de Kirguistán hacia la supervisión de la moneda digital. Hasta ahora, el país había mantenido una postura mayormente permisiva, atrayendo a operadores locales de cajeros automáticos de Bitcoin y plataformas de comercio entre pares. Analistas financieros creen que una mayor cooperación con reguladores occidentales podría facilitar las ambiciones de Kirguistán para posicionarse como un centro cripto conforme, especialmente en el contexto de los proyectos piloto del Yuan Digital de China en Asia Central.
Tanto la Casa Blanca como el Tesoro del Reino Unido aún no han respondido a la apelación. Observadores señalan que el movimiento de Kirguistán podría sentar un precedente para otras economías emergentes que buscan equilibrar los beneficios de la innovación en activos digitales con los riesgos de involucrarse inadvertidamente en regímenes de sanciones geopolíticas.
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