El 9 de agosto de 2025, Ether (ETH) subió a $4,200 en Binance, recuperando niveles no vistos desde diciembre de 2021. Este aumento siguió a una ruptura por encima de los $4,000 un día antes, un hito técnico significativo. Durante las 24 horas que finalizaron el 9 de agosto a las 06:00 UTC, se liquidaron $207 millones en posiciones cortas, añadiendo un impulso notable al ascenso de ETH. La dinámica de la reducción de posiciones cortas aceleró la presión de compra, empujando los precios a máximos de sesión justo por debajo de los $4,205.
Los observadores del mercado destacaron que estas recompras forzadas tienen un efecto en cascada sobre el comportamiento de los inversores. A medida que las posiciones se cierran con pérdidas, la liquidez vuelve al mercado y se redistribuye en nuevas entradas largas, amplificando aún más el aumento de precios. El analista de CoinDesk, Miles Deutscher, describió un “efecto de riqueza en cadena”, señalando que el aumento de precios incentiva tanto a los minoristas como a los inversores institucionales a reasignar capital en tokens de mayor beta dentro del ecosistema de Ethereum. Pronosticó una rotación del mercado en varias etapas: un rally inicial liderado por ETH en altcoins, seguido por una reanudación de la acumulación de Bitcoin, y culminando en una segunda fase de ganancias en altcoins a medida que el impulso alcanza su punto máximo.
Los indicadores técnicos subrayaron la fuerza del movimiento. ETH se negoció entre $3,885 y $4,194 durante las dos fases de aumento, con volúmenes de comercio que superaron los 700,000 ETH en el pico de la sesión. Los niveles de soporte se formaron cerca de $4,155–$4,160 a medida que surgieron tomas de ganancias, sugiriendo consolidación más que una reversión. La firma de análisis de mercado Santiment informó un fuerte aumento en el lenguaje alcista entre los traders minoristas, con menciones de “compra” que se duplicaron en relación con términos bajistas, advirtiendo que el exceso de confianza podría inducir pausas a corto plazo incluso en rallies robustos.
De cara al futuro, los analistas permanecen divididos sobre la sostenibilidad. Algunos prevén una mayor subida hacia los máximos históricos de 2021 si los flujos institucionales persisten, mientras que otros advierten que las valoraciones elevadas podrían desencadenar retrocesos correctivos. El entorno actual apunta a una mayor probabilidad de volatilidad a corto plazo, subrayando la importancia de estrategias de gestión de riesgos en medio de la euforia elevada del mercado.
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