Kazajistán lanzó oficialmente su stablecoin Evo ($KZTE) en la blockchain de Solana, marcando un esfuerzo estratégico para modernizar los sistemas de pago y fortalecer la posición del país en las finanzas digitales. El stablecoin, respaldado completamente por el tenge kazajo, está diseñado para facilitar transacciones nacionales y transfronterizas sin inconvenientes, con mayor rapidez y menores comisiones. Al aprovechar el alto rendimiento y la baja latencia de Solana, el banco central busca ofrecer una plataforma de liquidación eficiente capaz de soportar casos de uso tanto del sector público como privado.
El lanzamiento es el resultado de meses de colaboración entre agencias gubernamentales, instituciones financieras y proveedores tecnológicos para desarrollar un marco conforme para la emisión y gobernanza de activos digitales. Las directrices regulatorias requieren que los emisores de stablecoins mantengan reservas suficientes en una cuenta segregada, se sometan a auditorías regulares y cumplan con normas contra el lavado de dinero y de conocimiento del cliente. Estas medidas buscan garantizar la transparencia y mantener la estabilidad financiera mientras promueven la innovación.
Los programas piloto iniciales involucrarán a empresas estatales seleccionadas y procesadores de pagos privados, con planes de expandir el acceso a clientes minoristas a principios de 2026. Se espera que la adopción por parte de los comerciantes crezca rápidamente, impulsada por incentivos como la reducción de costos de transacción y la integración con plataformas existentes de comercio electrónico. Paralelamente, el gobierno está explorando la tokenización de bonos gubernamentales y otros valores, usando Evo como activo de liquidación para optimizar las operaciones del mercado de capitales.
Los observadores del sector ven el proyecto de stablecoin como un modelo para otras economías de Asia Central que buscan aprovechar la tecnología blockchain. Al combinar respaldo fiscal con una infraestructura técnica robusta, Kazajistán busca fomentar la inclusión financiera, atraer inversión extranjera y mejorar la resiliencia de su ecosistema de pagos. Los desarrollos en curso se centrarán en la interoperabilidad con otras monedas digitales de bancos centrales y la integración con redes de pago regionales.
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