Christian Catalini, co-diseñador del ahora desaparecido proyecto de stablecoin Libra, criticó públicamente la blockchain Tempo de Stripe por su alejamiento de los principios fundamentales de descentralización. En una publicación en X, Catalini enfatizó que las redes controladas por corporaciones inherentemente corren el riesgo de una toma de decisiones centralizada, vulnerabilidades de seguridad y pérdida de soberanía del usuario una vez que la gobernanza se orienta hacia incentivos impulsados por las ganancias.
Lecciones del fracaso de Libra
Catalini recordó la trayectoria de Libra, señalando que la solidez técnica resultó insuficiente sin una arquitectura sin permisos. El diseño original de Libra priorizaba el cumplimiento regulatorio a expensas de la gobernanza descentralizada, lo que requería verificación de identidad y modelos de billeteras custodiales que reflejaban los sistemas financieros tradicionales. Stripe’s Tempo replica este esquema, advirtió Catalini, creando un patrón predecible donde los actores poderosos obtienen una influencia desproporcionada.
Estructuras de incentivos y control de la red
Las blockchains corporativas como Tempo ofrecen experiencias de usuario simplificadas e integración de cumplimiento, pero dependen de la emisión y modelos de gobernanza de una sola entidad. Catalini destacó que Stripe y empresas similares poseen la capacidad de implementar cambios en el protocolo unilateralmente, ajustar estructuras de tarifas y restringir la participación del usuario, recreando efectivamente jerarquías financieras tradicionales bajo el disfraz de innovación blockchain.
Modelos sin permisos vs. con permisos
En el centro de la crítica está la distinción entre blockchains públicas sin permisos —donde el consenso y la validación ocurren a través de nodos descentralizados— y redes con permisos que restringen los roles de los validadores. Catalini argumentó que la verdadera propuesta de valor de la blockchain reside en transacciones sin confianza y sin fronteras, sin intermediarios centralizados. Los modelos con permisos comprometen estos beneficios al establecer guardianes y puntos de control centralizados susceptibles a presiones regulatorias e intereses corporativos.
Implicaciones regulatorias y para el ecosistema
Los reguladores pueden preferir redes con permisos por la facilidad de supervisión, pero tales apoyos corren el riesgo de fragmentar el ecosistema más amplio. Catalini advirtió que la adopción generalizada de blockchains corporativas podría marginar las redes públicas de código abierto, sofocando la innovación y reduciendo la resiliencia. Instó a desarrolladores y usuarios a considerar los impactos a largo plazo en la gobernanza y a abogar por modelos híbridos que preserven las propiedades centrales de descentralización.
Futuro de las blockchains corporativas
Aunque reconoció que las redes corporativas pueden coexistir con cadenas públicas, Catalini destacó la importancia de la transparencia, marcos de gobernanza abiertos y mecanismos de consenso impulsados por la comunidad. Sugirió que las cadenas corporativas exitosas deben adoptar gobernanza con múltiples partes interesadas, conjuntos distribuidos de validadores y procesos de actualización sin permisos para alinearse con el espíritu fundacional de las criptomonedas.
En última instancia, la iniciativa Tempo de Stripe representa un caso de prueba crítico para los esfuerzos blockchain patrocinados por corporaciones. Su éxito o fracaso informará futuros enfoques regulatorios, prioridades de desarrolladores y patrones de adopción de usuarios. La advertencia de Catalini sirve como un recordatorio oportuno de que la descentralización sigue siendo la característica definitoria de la tecnología blockchain, y una que no puede ser comprometida sin renunciar a su potencial transformador.
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