La tan esperada ordenanza sobre stablecoins de Hong Kong entró en vigor el 1 de agosto, posicionando a la ciudad entre las primeras jurisdicciones en regular a los emisores de stablecoins respaldados por moneda fiat. Sin embargo, los requisitos finalizados de conocimiento del cliente (KYC) que exigen la verificación de identidad para cada poseedor de tokens han generado preocupación de que las reglas estrictas puedan frenar la adopción y limitar la competitividad de la ciudad en el ecosistema global de finanzas digitales.
Las regulaciones, delineadas por la Autoridad Monetaria de Hong Kong, requieren que los emisores realicen controles completos de KYC a todos los usuarios de stablecoins, incluidos los destinatarios de tokens. Fuentes de la industria dijeron a Reuters que el banco central de facto adoptó un enfoque cauteloso para mitigar los riesgos de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, pero el nivel de escrutinio va “demasiado lejos” y puede desalentar el uso transfronterizo.
Los críticos argumentan que obligar a los usuarios extranjeros a abrir cuentas bancarias en Hong Kong únicamente para pasar el KYC socava la eficiencia sin fronteras que ofrecen las stablecoins sobre los canales tradicionales de remesas. “Esto no es solo KYC para quienes tienen cuentas; es KYC para cada usuario de tokens”, dijo un comerciante de criptomonedas con base en Hong Kong, que solicitó anonimato. Las empresas pueden optar por jurisdicciones alternativas con reglas más leves, disminuyendo la ventaja de ser pioneros de Hong Kong.
Los defensores de la ley sostienen que el cumplimiento estricto fomentará la confianza institucional y posicionará a Hong Kong como un centro responsable de activos digitales. La HKMA anticipa otorgar licencias a un número limitado de emisores de stablecoins el próximo año, buscando equilibrar la innovación con la integridad del mercado. Los observadores estarán atentos a cómo los proyectos internacionales de stablecoins responden al nuevo marco y si surgen tendencias de migración de usuarios.
A largo plazo, Hong Kong aspira a otorgar solo un “puñado” de licencias, concentrándose en stablecoins que cumplan altos estándares de transparencia y gestión de reservas. Pero a corto plazo, los actores de la industria advierten que los exigentes requisitos de KYC podrían redirigir la actividad de stablecoins hacia mercados más permisivos.
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