K33 Research informó que el número de empresas que cotizan en bolsa y que mantienen Bitcoin en sus balances aumentó de 70 en diciembre de 2024 a 134 en junio de 2025. Las tenencias corporativas agregadas alcanzaron los 244,991 BTC, lo que representa una movilización significativa de capital hacia activos digitales en un período de seis meses. Esta rápida expansión generó paralelismos con las olas anteriores de adopción del oro por parte de las empresas, al tiempo que planteó preocupaciones de que algunas firmas puedan estar utilizando las reservas de criptomonedas más como una táctica de relaciones públicas que como una estrategia financiera a largo plazo.
Mike Foy, director financiero de AMINA Bank, señaló que el auge de las tesorerías en Bitcoin comparte características con la adopción corporativa del oro, ofreciendo a los inversionistas acceso a una clase de activos escasa previamente inaccesible. La tendencia fue más pronunciada entre empresas en jurisdicciones carentes de infraestructura institucional para criptomonedas, donde los productos en cadena siguen siendo limitados. Como resultado, estas empresas pueden disfrutar de una ventaja de pioneros para capturar beneficios de rendimiento y diversificación a partir de activos digitales.
A pesar de las ventajas potenciales, los analistas expresaron escepticismo sobre la sostenibilidad. Algunas empresas más pequeñas anunciaron grandes compras de BTC coincidiendo con caídas del mercado o señales de estrés corporativo, lo que llevó a picos en el precio de las acciones que no fueron respaldados por fundamentos comerciales sólidos. Windtree Therapeutics, por ejemplo, reveló un plan de tesorería en BNB por $60 millones en julio, lo que provocó un repunte temporal en las acciones antes de que las mismas cayeran más del 90% desde sus niveles máximos y Nasdaq excluyera a la empresa por no mantener precios de acciones mínimos. Estos episodios sugieren que las reservas en criptomonedas pueden servir como un salvavidas reputacional a corto plazo en lugar de una herramienta duradera de gestión de capital.
Un análisis detallado de los documentos corporativos reveló enfoques variados en la gestión del riesgo de tesorería. Las empresas con marcos sólidos de gestión de riesgos y una dirección experimentada demostraron entradas y salidas disciplinadas, integrando típicamente las tenencias de BTC con programas de cobertura y canales diversificados de liquidez. Por el contrario, las entidades bajo presión regulatoria o financiera a menudo mostraron signos de apalancamiento oportunista, incluyendo altas proporciones de ventas de acciones por parte de insiders tras anuncios de criptomonedas, un indicador de que las reservas pueden estar dirigidas más a la imagen pública que a la resiliencia operativa.
De cara al futuro, se espera que el panorama de las tesorerías corporativas evolucione a medida que los reguladores y proveedores institucionales amplíen su oferta. Los marcos de cumplimiento emergentes y los custodios licenciados podrían reducir las barreras para flujos de capital más grandes, mientras que los productos de staking y derivados generadores de rendimiento podrían transformar las tenencias pasivas de BTC en flujos de ingresos activos. Sin embargo, el reciente aumento en la adopción de tesorerías subraya la necesidad de que los inversores evalúen los motivos en los balances, la experiencia operativa y la transparencia en la divulgación para distinguir entre despliegues estratégicos y acciones superficiales de relaciones públicas.
En resumen, el casi doblamiento de las tesorerías en Bitcoin en el primer semestre de 2025 destaca tanto la madurez de los activos digitales como herramientas corporativas como los riesgos asociados con anuncios impulsados por el mercado. Los interesados deben mantenerse atentos a la alineación de las políticas de tesorería con los objetivos comerciales principales y al potencial de que las tenencias de tokens amplifiquen la volatilidad reputacional en las empresas que cotizan públicamente.
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