El distrito financiero de Tokio abrió con un aumento de optimismo el 6 de octubre tras el resultado de la votación para el liderazgo del partido gobernante. Con Sanae Takaichi, una halcona fiscal y monetaria, asegurando el principal cargo del partido, los mercados inmediatamente consideraron un paquete agresivo de estímulo diseñado para reactivar la demanda interna y apoyar el crecimiento. A media mañana, el Nikkei 225 había subido más del 5 por ciento, superando su máximo histórico anterior y registrando niveles no vistos desde el apogeo de las políticas de Abenomics. El rápido ascenso fue acompañado por una fuerte depreciación del yen, que se debilitó más allá de los 150 por dólar, reflejando la confianza de los inversores en un prolongado estímulo monetario.
El oro también alcanzó un nuevo récord, cotizando justo por debajo de los 4.000 dólares por onza. El rally del metal precioso subraya su estatus como un activo refugio clave en un momento en que la dirección política parece cada vez más halcón y los gobiernos a nivel mundial luchan con déficits fiscales. Una combinación de bajos rendimientos reales y abundante liquidez ha impulsado los mercados de materias primas al alza, beneficiando especialmente al oro por estos factores macroeconómicos.
Los mercados de criptomonedas reflejaron el avance más amplio de los activos de riesgo. Bitcoin superó los 125.000 dólares, marcando un nuevo máximo histórico. Los operadores atribuyeron el rally a una mezcla de expectativas de flexibilización fiscal en Japón y crecientes preocupaciones sobre el cierre del gobierno de EE. UU., lo que ha impulsado a los inversores a diversificarse hacia reservas digitales de valor no soberanas. La adopción institucional continuó respaldando la tendencia alcista, con entradas en fondos cotizados de bitcoin alcanzando niveles multimillonarios en la última semana.
“Este año, bitcoin ha operado cada vez más con riesgos políticos estadounidenses, como lo resaltan las recientes dinámicas de la prima a plazo del Tesoro”, señaló un estratega senior de activos digitales. El estratega añadió que la incertidumbre geopolítica y las tensiones en el sistema financiero fueron centrales para el rendimiento superior de la criptomoneda en relación con acciones y bonos tradicionales.
El sentimiento de riesgo más amplio fue optimista en Asia. Los principales mercados regionales fuera de Japón estuvieron apagados debido a feriados, pero los futuros en EE. UU. y Europa apuntaban al alza. En Nueva York, los futuros del S&P 500 subieron junto con los contratos paneuropeos STOXX 50, indicando que los inversores globales estaban volviendo a posiciones cíclicas ante la perspectiva de una nueva acomodación monetaria.
La vinculación entre mercados se mostró claramente: la caída del yen a mínimos de varios meses coincidió con un aumento en los rendimientos de los bonos gubernamentales japoneses, tanto a largo como a corto plazo, reflejando visiones divergentes sobre las trayectorias futuras de las tasas. Economistas de una firma líder de corretaje comentaron que las probabilidades implícitas en el mercado de un aumento de tasas por parte del Banco de Japón para fin de año se habían desplomado, subrayando las expectativas de divergencia política entre Tokio y otros bancos centrales importantes.
Los precios del petróleo avanzaron modestamente por preocupaciones renovadas en el lado de la oferta, mientras que los índices del dólar estadounidense bajaron en general. Los participantes del mercado advirtieron que desarrollos políticos en otras regiones, incluyendo un estancamiento sobre las apropiaciones fiscales en EE. UU., podrían introducir volatilidad en los próximos días. No obstante, la sesión del lunes destacó la poderosa interacción entre los cambios en las políticas nacionales y los flujos globales de activos, con activos alternativos como el oro y el bitcoin emergiendo como los principales beneficiarios.
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