En su informe de octubre del Comité Global de Inversiones (GIC), Morgan Stanley emitió directrices formales para las asignaciones de criptomonedas en carteras multi-activos. El informe defiende un enfoque “conservador”, recomendando una asignación máxima del 4% para estrategias de “Crecimiento Oportunista”, que buscan resultados de mayor rentabilidad y mayor riesgo.
Para las carteras de “Crecimiento Balanceado” más moderadas, el banco sugiere limitar la exposición a cripto al 2%, mientras que aconseja una asignación cero para mandatos orientados a la preservación de la riqueza y a la generación de ingresos. El GIC enfatizó que, a pesar de los retornos totales desproporcionados y la menor volatilidad de las criptomonedas en los últimos años, esta clase de activos sigue siendo susceptible a caídas abruptas y correlaciones elevadas durante tensiones macroeconómicas.
Hunter Horsley, CEO de Bitwise, respondió positivamente, señalando que las directrices llegan a 16,000 asesores que gestionan más de 2 billones de dólares en activos de clientes. El informe marca un hito en la gestión de activos convencional, consolidando la legitimidad de las criptomonedas como una clase de activos institucional.
Los analistas de Morgan Stanley reiteraron el papel de bitcoin como “oro digital”, citando su liquidez de mercado, oferta finita y creciente adopción mediante ETFs y tesorerías corporativas. El informe destaca que las reservas de BTC en exchanges han caído a mínimos de seis años, lo que ilustra una sólida demanda fuera de los mercados.
Sin embargo, el informe advierte que los choques macroeconómicos — incluido el actual cierre del gobierno de EE.UU. y la inflación persistente — podrían aumentar la volatilidad. El GIC sostiene que el reequilibrio periódico, el cumplimiento de los límites de riesgo y la diversificación siguen siendo cruciales para las asignaciones en cripto, con el fin de mitigar riesgos extremos.
Estas directrices reflejan el panorama institucional en evolución, donde grandes bancos y gestores de activos integran activos digitales en los marcos de cartera. A medida que la claridad regulatoria mejora, se anticipa una mayor adopción generalizada de estrategias cripto estructuradas, aunque dentro de límites de asignación conservadores diseñados para equilibrar el potencial de crecimiento y la gestión del riesgo.
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