Una comparación detallada del oro y el bitcoin frente a una medida amplia de la oferta monetaria de EE. UU. (M2) destaca patrones de rendimiento distintos. El oro, a pesar de un aumento del 38 por ciento en lo que va del año, sigue por debajo de su pico de 2011 cuando se ajusta por la oferta monetaria, reflejando una respuesta moderada a las recientes presiones inflacionarias. En contraste, el bitcoin ha alcanzado consistentemente nuevos máximos históricos relativos a M2 durante cada ciclo alcista, incluyendo el último repunte en septiembre, demostrando su capacidad para superar la creación de dinero.
Los datos históricos muestran el pico relativo del oro en 1980 cuando la inflación y la expansión monetaria impulsaron la demanda de activos tradicionales de refugio seguro. Desde entonces, el valor ajustado del oro ha disminuido debido a cambios hacia activos digitales y modificaciones en las políticas de los bancos centrales. El desempeño del bitcoin desafía este patrón, mostrando sensibilidad a los cambios en la política monetaria, entradas de ETF y crecientes asignaciones en tesorerías corporativas. Su máximo relativo frente a M2 subraya su papel emergente como cobertura y como instrumento especulativo de crecimiento en una era de acomodación monetaria agresiva.
Las métricas clave revelan que la dominancia del bitcoin ha oscilado junto con el crecimiento de la oferta monetaria, señalando la preferencia de los inversores por un almacén de valor programable y descentralizado en comparación con el lingote físico. Esta divergencia puede influir en las estrategias de asignación de activos, con el oro sirviendo como cobertura contra una inflación prolongada y el bitcoin ofreciendo un potencial asimétrico en un entorno de bajos rendimientos. A medida que los bancos centrales navegan hacia la normalización de políticas, la interacción entre los almacenes de valor tradicionales y digitales moldeará las posiciones de riesgo reducido y riesgo aumentado en carteras diversificadas.
Comentarios (0)