Las instituciones corporativas y financieras están planificando rápidamente la integración de stablecoins, según una encuesta realizada por EY-Parthenon. La claridad legislativa proporcionada por la Ley GENIUS de EE. UU., promulgada en julio, ha sido citada como un punto de inflexión, estableciendo requisitos de reserva y estándares de aprobación para emisores de stablecoins denominados en dólares estadounidenses. Entre 350 encuestados de gran capitalización, el 13 por ciento ya utiliza stablecoins para transferencias transfronterizas, mientras que el 54 por ciento tiene la intención de adoptarlos en un plazo de seis a doce meses.
El ahorro de costos surge como un factor crÃtico: el 41 por ciento de los usuarios actuales reportan reducciones en los gastos de transacción de al menos un 10 por ciento en comparación con los sistemas bancarios tradicionales. Esta ganancia en eficiencia está impulsando la experimentación con pagos tokenizados y caracterÃsticas de dinero programable para la gestión de tesorerÃa y la liquidación en tiempo real. Sin embargo, persisten barreras de infraestructura, ya que solo el 8 por ciento acepta recibos de stablecoins directamente, indicando una dependencia de alianzas bancarias para la integración.
De cara al futuro, los ejecutivos pronostican que los stablecoins podrÃan facilitar entre el 5 por ciento y el 10 por ciento de todos los pagos transfronterizos para 2030, representando un volumen de 2,1 billones a 4,2 billones de dólares. La encuesta destaca a los stablecoins como un pilar para las finanzas abiertas, apoyando la optimización de liquidez, la liquidación 24/7 y la interoperabilidad fluida entre redes permitidas y públicas. Se requerirá una mayor armonización regulatoria y mejoras en la infraestructura técnica para sostener el crecimiento proyectado y ampliar la adopción en cadena en los ecosistemas de comercio global.
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