El debate sobre la política de la Reserva Federal se ha intensificado en el simposio de Jackson Hole, con una creciente presión política para recortes agresivos de las tasas a pesar de que la inflación subyacente persiste por encima del objetivo. Han surgido dos posibles caminos. En el primero, la Fed cede a las demandas de reducciones de tasas de hasta 300 puntos básicos, inundando los mercados con liquidez barata y potencialmente elevando la inflación núcleo del PCE del 2.8% a más del 4% para 2026. Tal escenario podría hacer que el dólar estadounidense caiga por debajo de 90 en el DXY, borrando más del 10% de su valor desde enero, y reavivar amplias recuperaciones de activos, incluyendo acciones, oro y criptomonedas. Bitcoin, en particular, podría superar al resto a medida que las tasas reales se vuelven profundamente negativas y la confianza en la independencia del banco central disminuye.
Alternativamente, si la Fed mantiene las tasas estables para preservar su credibilidad institucional, las presiones inflacionarias seguirán creciendo debido a la “Gran y Hermosa Ley” de Trump y los aranceles existentes. En este escenario de combustión lenta, los rendimientos del Tesoro podrían aumentar hasta el 4.7% el próximo verano, reflejando modestos aumentos de tasas previstos por el mercado en lugar de recortes. El dólar se debilitaría gradualmente y la inflación subiría a entre 3.0% y 3.2% sin un aumento dramático. Incluso aquí, Bitcoin podría servir como una cobertura estratégica, ofreciendo un refugio alternativo de valor a medida que aumentan los déficits y la incertidumbre fiscal.
Los pronósticos de los analistas indican que el camino de Bitcoin podría divergir dependiendo de la gravedad de la inflación. En un entorno de recortes rápidos y alta inflación, BTC podría experimentar un fuerte rally parabólico, similar a ciclos anteriores, con objetivos muy por encima de los máximos históricos actuales. En contraste, bajo un escenario controlado, la siguiente fase de Bitcoin podría desarrollarse más gradualmente, consolidándose por encima de $100,000 mientras crece el interés institucional. Las variables clave incluyen el impacto de los aranceles en los precios de insumos, los mensajes de la Fed sobre la orientación de las tasas y la interacción del estímulo fiscal con los costos del servicio de la deuda. En última instancia, independientemente del camino de la política, el papel de Bitcoin como un activo no soberano con suministro limitado lo posiciona como una cobertura atractiva y un refugio seguro frente a riesgos macroeconómicos, especialmente para inversores que buscan diversificación más allá de los mercados tradicionales y las monedas fiat.
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