London, 22 de diciembre – Tras un periodo de mayor integración entre las finanzas tradicionales y los activos digitales, el presidente Donald Trump se dispone a considerar una intervención federal en caso de una crisis importante de criptomonedas en 2026. La posibilidad de un rescate depende del riesgo de que una corrida sobre un gran stablecoin como USDT de Tether o el colapso de un intercambio clave podría desencadenar una agitación generalizada del mercado y plantear amenazas sistémicas al mercado de bonos del Tesoro de EE. UU.
Los observadores de la industria señalan que la administración de Trump ha tomado medidas para fortalecer el marco legal y regulatorio de las stablecoins respaldadas por el dólar, posicionando a estos tokens como componentes integrales del ecosistema financiero más amplio. El apoyo público del presidente a una legislación que establezca directrices claras para la emisión de stablecoins ha contribuido a un aumento significativo de las valoraciones de los activos digitales, con una capitalización de mercado total que ha aumentado en más de 1,2 billones de dólares desde su victoria electoral en 2024.
Si una stablecoin no logra mantener su paridad con el dólar, la retirada resultante de ese token probablemente interrumpiría las operaciones de pares dólar-cripto, congelaría la liquidez y provocaría un efecto en cascada tanto en los volúmenes descentralizados como en los lugares centralizados. En tal escenario, la administración podría desplegar el Fondo de Estabilización de Intercambios del Tesoro para conceder préstamos de emergencia respaldados por colateral de alta calidad, emulando las medidas tomadas durante crisis bancarias pasadas para estabilizar los mercados y restablecer la confianza entre los inversores.
Alternativamente, la Reserva Estratégica de Bitcoin y la Reserva de Activos Digitales—iniciativas establecidas a principios de 2025 para consolidar criptomonedas de propiedad del gobierno— podrían ser reutilizadas para establecer pisos de precios o para proporcionar apoyo directo al mercado, aprovechando reservas estimadas de hasta 200.000 bitcoins. Aunque estos instrumentos fueron diseñados originalmente para permanecer neutrales en el presupuesto, la autoridad ejecutiva podría anular esa restricción para abordar amenazas agudas a la estabilidad financiera.
Los expertos advierten que cualquier intervención conllevaría importantes implicaciones políticas y económicas. Un rescate sustancial marcaría una desviación de los principios de libre mercado defendidos por la comunidad de criptomonedas, transformando a una industria nacida como protesta contra “demasiado grande para caer” en una que dependa de respaldos gubernamentales. También demostraría el compromiso de la administración para salvaguardar tanto el emergente mercado de criptomonedas como la economía nacional en general.
A medida que se acerca 2026, los participantes del mercado vigilarán de cerca la resiliencia de las principales stablecoins y la integridad operativa de las plataformas de intercambio líderes. La perspectiva de un rescate presidencial sirve tanto como una garantía para los inversores como un recordatorio de la relación evolutiva entre los activos digitales y la política económica de Estados Unidos.
Comentarios (0)